miércoles, 11 de abril de 2007

Read between the LIES

El periodismo tiene un enemigo principal que es la mentira. Por esta razón, lo primero que nos enseñan en la carrera de periodismo es que, bajo ninguna circunstancia, podemos faltar a la verdad. Así, la veracidad se constituye en el principal valor sobre el que se construyen todas nuestras informaciones. Es precisamente de esto y de las consecuencias que se producen cuando nos saltamos las reglas de lo que nos habla la película “El precio de la verdad”, del director Billy Ray. La historia plantea dos cuestiones muy interesantes: por un lado, el poder de la prensa y de los medios de comunicación en general y el hecho de que las personas que trabajan en ellos no sean capaces de utilizarlo con responsabilidad y honorabilidad.


El drama cuenta el rápido ascenso de Stephen Glass en el mundo del periodismo y su no menos rápido descenso a los abismos. Este periodista (interpretado por el galáctico Hayden Christensen) fue redactor de la prestigiosa revista de actualidad política The New Republic y articulista por cuenta propia de diversas publicaciones. Artículos que le llevaron a medidos de los noventa a convertirse en un brillante joven periodista de gran proyección. Sin embargo, la ambición e inteligencia de Sthepen se vieron eclipsadas por la mentira inherente a su figura y a su forma de trabajar.

Un artículo titulado ‘Hack Heaven’ (‘El paraíso del hacker”) dio al traste con su carrera. Y lo que es peor, se demostró que esa no era la primera vez que el periodista mentía. De hecho, se acabo sabiendo que Glass se inventó la totalidad o parte de los hechos descritos en 27 de los 41 artículos que escribió para The New Republic. A pesar del fraude que llevó a cabo, no vemos en él la figura de un traidor al 100%. Aunque es mentiroso hasta límites enfermizos, goza de un carácter ambiguo y una imaginación desbordante que permite tanto nuestra admiración como nuestro desdén.

La historia original que Glass narraba en 'Hack Heaven' despertó la curiosidad y, posteriormente, la sospecha del periodista de Forbes.Com Adam Penenberg. Este periodista presentó evidencias acerca de que la historia había sido inventada y que la empresa mencionada en el artículo no existía. Más tarde se demostró que Glass había creado una página web y un buzón de voz de dicha corporación ficticia para justificar los acontecimientos. Aquí puedes leer los archivos de Forbes.Com sobre Stephen Glass, incluyendo el artículo del 11 de mayo de 1998 de Penenberg "Lies, damn lies and fiction".

El caso de Stephen Glass no es una excepción, pues son numerosos los casos que están saliendo a la luz últimamente de profesionales que inventan parte o la totalidad de sus informaciones. Estos casos nos hacen inevitable recordar los inicios del periodismo de masas, de la mano de figuras como Pulitzer o Hearst, quienes no dudaban en inventarse las noticias con tal de vender unos miles de ejemplares más. Una vez más se pone de manifiesto el difícil equilibrio entre la ética profesional y la ambición del mundo empresarial. Adjunto un trailer de la mencionada película "El precio de la verdad", muy útil para comprender este problema de las redacciones de hoy en día de una manera gráfica (y muy entretenida).


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